Amo de mi destino, capitán de mi alma

Ese pensamiento del que muchos se aferran sobre el destino, que es el amo y señor de nuestra vida, es el que no nos permite moldear un futuro mejor

Velero
Imagen de Michael Schwarzenberger en Pixabay

¿El destino está marcado?

¡Que maravilloso sería descansar en nuestro destino! Todo lo que pasaría sería culpa del destino y probablemente fuera más fácil negociar con la resignación que con el arrepentimiento y la duda de haber tomado la decisión equivocada.

Constantemente en mis lecturas de tarot, me preguntan ¿Qué me va a pasar? Poniendo al tarotista en la posición de un oráculo, cuando en realidad cada quien debe mirar hacia adentro y plantearse qué opciones tiene en la vida. Qué camino tiene que transitar.

Desde hacen unos días alguien me consulta cómo va a salir una situación determinada. Por mi cercanía con esta persona que es bastante estrecha, yo sé que tiene otra opción, pero no la menciona.

Hay una carta en el Tarot que se llama Los Enamorados, y en algunos mazos se la denomina Los dos caminos. Yo pensé que como tarotista estaba obligada a decirle, a pesar de que no lo menciona, qué pasaría si la decisión recaía en la otra alternativa.

De acuerdo a mi tarot, si tomaba el otro camino, el que no quiere tomar, el futuro sería más amable y agraciado. En cambio, el que está decidido a tomar va a tener algunas piedras en el camino, bastante grandes.

El deber de todo tarotista es mostrar el abanico de posibilidades y sus consecuencias. Recuerdo tiempo antes de divorciarme consulté a un par de tarotistas, en ese momento estaba tan triste que no confiaba en la lectura que yo podría hacer para mí misma. Los dos tarotistas que consulté me decían que tenía que divorciarme, lo hice, pero si probablemente me hubieran advertido de lo que fue mi vida los diez años siguientes a mi divorcio quizá no lo hubiera hecho. Me hice cargo de todo, abandonando mis sentimientos, mis deseos y mi propia vida. Me olvidé de que era una persona, y solo viví para trabajar y ser padre y madre ya que el padre de mi hijo ni siquiera se hizo cargo afectivamente.

Estos diez años, me trajeron severos problemas de salud que voy solucionando, algunos a medias. Otros problemas difíciles de solucionar no los trata un médico: he perdido las ganas de tener una pareja con quien compartir mi vida, y ni la terapia ha podido ayudarme con eso.

El libre albedrío

Nos educaron para sentarnos a esperar los designios del destino, la fatalidad está presente día a día. Buscamos nuestra “alma gemela” en vez de buscar un compañero de ruta, alguien que represente el socio en el progreso y la aventura. Si nos hiciésemos cargo de tomar la decisión de ser dueños de nuestro destino y el capitán de nuestra alma, podríamos moldear nuestro futuro.

La frase “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma” pertenece al poema Invictus de William Ernest Henley. A los 12 años le amputaron una pierna, y mientras estaba internado, escribió este poema.

Nelson Mandela, cuando fue prisionero repetía el poema como un mantra, ya que el sentía que lo que lo unía a Henley también era una amputación, en su caso de la libertad. Básicamente este poema te muestra que a pesar de las dificultades quien manda en su propia vida es uno. Este poema debería enseñarse en todas las escuelas y los padres deberíamos aprenderlo para recitar con nuestros hijos. De niños deben aprender que la única dificultad que no nos permite seguir adelante es la muerte, y que todo lo que pasa en esta vida nos da la posibilidad de desplegar las velas, cambiar el rumbo y empezar nuevamente.

Invictus

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.

En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el horror de la sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma

Lleven este poema en su memoria y si no es posible memorizarlo, escrito en un papel adentro de la cartera, la billetera. Cuando el dolor asoma o un imprevisto llega, esto nos puede sostener como lo hizo con Nelson Mandela en prisión.

No existe nada mejor en la vida que tener la certeza de saber que nosotros reinamos en nuestra vida.

Hay muchos casos de personas que nacieron en condiciones terribles, donde lo de afuera no daba posibilidad alguna para crecer. En muchos de estos casos siempre hubo alguien que salió del lugar sin posibilidades y logró ser exitoso. La gente bien pensada dice: tuvo suerte, la gente mal pensada dirá que se metió en algo ilegal y otros dirán que tiene un amante muy rico. La realidad es que pocos piensan que se hizo cargo de su vida y no se durmió esperando una herencia, el favor del estado o lo que es peor, se resignó a soportar un duro destino.

Muchos países, entre los cuales está el mío, le inculcan a la población de manera errónea de que no hay mérito. Les hablan constantemente de “derechos”, aunque nunca se los hayan ganado.

La salida nunca es por un país o por la peor circunstancia que te haya tocado vivir. La salida siempre es ser el amo de tu destino, y capitán de tu alma. Ahí está esperando tu futuro.

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About Pat Sierra 40 Articles
Periodista en Ciencia y Tecnología. Autora, Life Coach. Amo vivir en la libertad de la palabra.

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