
La mente humana se divide en tres estados: la mente emocional, la mente razonable y la mente sabia. Todos poseemos esos tres estados, pero lamentablemente gran parte de las personas utilizan solo uno, y la vida se nos complica.
La mente emocional
Es usada cuando actuamos por impulsos y dejamos que las pasiones nos dominen. La impulsividad descontrolada no nos deja ver las consecuencias de nuestros actos, que luego pueden ser muy malas.
La mente razonable
Esas personas que calculan todo en base a hechos, son quienes utilizan la mente razonable, planean todo con anticipación. Actúan exclusivamente de manera intelectual.
La mente sabia
Usar la mente sabia, es tener un balance maravilloso. Es usar en conjunto la mente emocional y la mente razonable.
Cuando nos colocamos unos patines por primera vez, quizá nos tropecemos, pero en cuanto encontramos el equilibrio, disfrutamos de pasear sobre ruedas o una cuchilla sobre hielo. Así aprendemos a usar la mente sabia. Las decisiones vendrán no solo de los hechos sino también de las emociones.
Mientras fortalecemos nuestra mente sabia, adquirimos más confianza y tomamos el control de nuestras vidas. Las decisiones por difíciles y profundas que sean, no nos van a angustiar. Podemos equivocarnos, no somos infalibles pero cuando creemos en nuestras capacidades y confiamos en nuestras decisiones, ese error va a ser un aprendizaje.
Por eso, ante situaciones que intenten desbalancear nuestra vida, debemos hacer lo que hacen los futbolistas cuando el partido está complicado: parar la pelota y mirar el campo. No hay que angustiarse, respirar, sentarse, y evaluar paso a paso tu decisión.
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