Bombardeados por una historia que no nos interesa

¿Sos argentino? ¿Tenías ganas de relajarte y pusiste la televisión? Te deseo que tengas cable o plataformas de streaming, porque si querés enterarte qué pasa en tu país, solo te vas a encontrar con una historia berreta que además te arruina la vida.

Esta es la historia de dos corruptos, uno de ellos procesado casualmente la heroína y el otro es un siniestro personaje, sombrío, detestable. Habla a los gritos creyendo que de ese modo demuestra poder, y a lo único que nos recuerda es al vendedor ambulante que pasa por los barrios ofreciendo la compra de chatarra o todo lo que tengas para vender:

Al chatarrero comprador lo tenemos que soportar. Aunque estés en un piso alto y cierres herméticamente las ventanas esa voz con un megáfono no deja de alterarnos, pero escuchar a un presidente que encima de hablar del mismo modo que el chatarrero tiene voz de pito, te señala con el dedito y te reta mintiendo que es el líder de la moral es opcional y podemos apagar los medios que lo difunden.

Mi vieja costumbre hace que me despierte y encienda la televisión para ver el clima, cuando lo tengo al alcance de la mano en la mesa de luz en mi celular, pero hay manías que a cierta edad se instalan para no abandonarnos. Encendés y escuchás: Alberto y Cristina no se hablan, llevan meses sin hablarse, Cristina va a ir a un acto, se va a encontrar con Alberto…

¡¡¡BASTA!!!

Llegué a un extremo que lo que antes detestaba de los noticieros, deportes, haya empezado a disfrutarlo.

Trabajé muchos años en noticiero en televisión, cuando tímidamente internet venía asomando. En ese entonces los noticieros eran en serio. La reunión de la mañana se hablaba de las noticias que aparecían en los diarios, porque todos llegábamos a la redacción muy temprano a leer todos los diarios de cabo a rabo. Se chequeaba en el telex las agencias de noticias, y en la reunión de director de noticias, gerente, productores y cronistas se presentaban uno a uno los temas que a cada quien le parecía interesante. El director si te daba el OK, la palabra fundamental era “chequealo”. En ese tiempo eran fuentes telefónicas o presenciales, y el director no tenía el egoísmo de pasarte una fuente imprescindible, e incluso te decía “llamalo de parte mía”.

Hoy los medios están llenos de opinadores, y cuando en nuestras manos tenemos un potente smartphone que prácticamente se puede decir que tenemos la biblioteca de Alejandría, los twitteros nos hemos convertido en la fuente. Lamentablemente gran parte de los twitteros no son profesionales y frecuentemente twittean sin chequear porque no lo saben y no tienen manera de hacerlo pero… la gente opinadora con careta de periodista replica como información inobjetable los dichos de Doña Tota de Cutral-Có, pero la culpa no es de Doña Tota, es de quien tiene el poder de una cámara, un micrófono, del director de noticias y todos los productores.

La programación del noticiero es: sangre o berreteada de la situación del presidente y la vicepresidente.

Me pregunto si hay algún periodista con garra y heroísmo para decir lo que pasa en realidad: vivimos bajo una inflación que nos ahoga, tenemos un presidente que a la mañana dice una cosa y a la tarde lo contrario, una justicia que de acuerdo al fiscal y al juez que te toque vas a tener lo que merecés o todo lo contrario. Un fiscal muerto y ningún imputado, dos atentados de los que se sabe poco y nada de lo que pasó, la muerte del hijo de un presidente que entre dimes y diretes jamás nos enteramos qué fue lo que sucedió.

La justicia baila con quien más le ofrece, y quien se niega a bailar con esa oferta es destituído del cargo. Vivimos en un país donde día a día el cielo está negro aunque haya sol, pero mientras tanto quienes deben informar deforman con un teleteatro espantoso sobre si finalmente el presidente y la vicepresidenta se van a dar el beso final.

The End

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