Me lo contó una amiga que siempre dice la verdad

El día de la mujer, el 8 de marzo, mi amiga Gaby me comenta que tenía turno con el médico y algunas actividades en el centro de Buenos Aires.

Quienes vivimos en Palermo, Belgrano, adoramos la línea de colectivos 67: tiene un lindo recorrido y es rápida. Ella tomó el 67 en el Metrobús 9 de julio para regresar a su hogar en Belgrano. Lo que viene ahora es el relato del momento espantoso que le tocó vivir:

Subí en la parada de Viamonte del Metrobús al colectivo, y en Santa Fé, una horda de mujeres enojadas con pañuelos verdes cortaron el tránsito. Las personas en el colectivo esperaron varios cambios de semáforo y cuando la columna seguía sin parar y la cola de colectivos en el Metrobús crecía, la gente dentro del colectivo se empezó a molestar, y con razón. Venían de trabajar, agotados y lo único que querían era llegar a su casa.

Una señora pidió que le abran la puerta del colectivo y fue a buscar al único policía que había, lo increpó para que abra el tránsito. El pobre policía decía que sus órdenes era hacer regresar a los autos que venían por Carlos Pellegrini y Cerrito y a los colectivos del Metrobús, ya sea marcha atrás o para regresar de contramano y tomar Córdoba.

Cuatro pañuelos verdes agresivas se pararon adelante del colectivo con los brazos en jarra para evitar su marcha. Otras personas se sumaron a la mujer que le pedía al policía que abra el tránsito, otros dentro del colectivo le gritaban al chofer que las pase por arriba. El caos era impensado.

Un señor de alrededor de 35 años, se paró a hablar muy educadamente con el policía explicándole que ellos estaban para cuidarnos a nosotros y no a estas “cosas” (ya que en su actitud ruegan que las cosifiquen), mientras observaban que la marcha de las energúmenas tenían custodia de policías motorizados.

Cuando pensaron que podían reanudar la marcha, aparece una columna con una bandera gigante con el Che Guevara, si, el Che Guevara en el día de la mujer, el tipo más machista, homofóbico y asesino. Las columnas seguían y la gente le gritaba al chofer que las pise.

La gente, envalentonada empezó a aplaudir adentro del colectivo. El clima completamente enrarecido con olor a hastío y a ¡basta!

Después de 25 minutos de locura el chofer empezó a hacer un trabajo de precisión, y en el Metrobús giró el colectivo para volver de contramano por 9 de julio y tomar Av Córdoba. Mientras avanzaba, una pasajera con el Waze en su teléfono le indicaba al colectivero por cuales calles circular para evitar la locura de grupos que nos complican la vida a quienes los mantenemos.

Hasta ahí el relato.

Mis conclusiones son éstas:

• Me pone feliz que la gente se haya despertado, que entendamos que los derechos son de todos y no de grupos operados por gente siniestra.
• Me hace pensar que si el colectivero no hubiera tenido sangre fría, habría terminado en desastre. El chofer según me relata mi amiga, a pesar de la arenga de que las pase por arriba ni siquiera respondía, pero eso significa que en cualquier momento un coche, un ómnibus, un camión va a pasarlos por arriba, y nadie que viva esta situación de manera cotidiana los va a condenar.
• No entiendo como Horacio Rodriguez Larreta tiene aspiraciones a la presidencia cuando no puede ordenar la ciudad.
• Ningún comunicador se dio cuenta de que vivimos dentro de un caldero, que en cualquier momento va a explotar.

Tengo la esperanza de que algo suceda, la clase media y trabajadora que hoy no la conforman los planeros y piqueteros, nos meten la mano en el bolsillo para mantener a esta banda de vagos. No entiendo como nos maltratan de esa manera. A la clase media nos hundieron más abajo que a la esclavitud, ya que los esclavos no pagan por su comida, acá además de pagar por ella nos tenemos que suministrar el sustento y mantener a quienes nos molestan.

Esto va a explotar, y de la peor manera. Estemos atentos.

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