La media naranja… no existe

Cuando nos enseñaron que debíamos renunciar a nuestra lógica para encontrar un compañero de vida

Media Naranja
Imagen de Amir Boucenna en Pixabay

Cuando era niña, mi padre solía contar historias. Muchas de ellas estaban basadas en libros de la India, otras no sabía de dónde eran, por lo tanto como él leía tanta filosofía oriental, quizá yo supuse que esa historia tenía que ver con la India y me imaginaba dos amantes de esa bella tierra buscándose por el mundo.

Mientras saboreaba una rica naranja, con solo cuatro años, mi papá me contó la historia de la media naranja, que cuando una niña nacía, se partía una naranja en dos mitades, una se tiraba a rodar por el camino y la otra se guardaba. Cuando algún caballero la encontraba, si aparecía con esa mitad y coincidían con la que habían guardado los padres de la niña, era indudablemente su media naranja, o sea la mitad de su alma.

Si bien tenía cuatro años, lo miré a mi padre y le dije: nunca van a coincidir, al preguntarme por qué, le expliqué que quizá la media naranja de la niña hubiera sido conservada en una heladera, incluso en el congelador (no existía el freezer por esos tiempos), mientras que la mitad que encontraría el caballero, seguramente estaría podrida o masticada por insectos o animales. Mi padre puso cara de desilusión, y para que no esté tan triste le pregunté ¿y si tiramos la mitad de la mía?, y la venganza paterna no tardó, a pesar de mis cuatro años me contestó: no, vos estás muy vieja ya.

Seguí disfrutando naranjas, pero a medida que iba creciendo, siempre encontraba referencias a la media naranja y el amor, y no paré de buscar esa leyenda romántica que jamás encontré.

Finalmente, el origen del mito estaba en “El Banquete” de Platón

El verdadero mito de la Media Naranja

El Banquete
El Banquete de Platón nos devela el mito de la Media Naranja

Les propongo un viaje en el tiempo, solo con la imaginación, no con la Física Cuántica. Vamos juntos al -385/-370 AC para encontrarnos con el creador del mito, el filósofo Platón, donde nos vamos a hallar dentro de una de sus obras más reconocidas, “El Banquete”, o también conocida como “El Simposio”.

En El Banquete, se desarrolla un diálogo entre varios personajes, ellos son: Apolodoro, Albíades, Aristodemo, Aristófanes, Erixímaco y el maestro de Platón, Sócrates.

Aristófanes toma la palabra, y da un discurso donde explica el origen del mito de “la media naranja”.

La media naranja… la verdadera historia

Había una vez, un mundo desconocido para quienes habitamos el siglo XXI. Existían tres tipos de seres humanos:

  1. Hombres, que descendían del sol
  2. Mujeres, que descendían de la tierra
  3. Andróginos (mitad hombre, mitad mujer) que descendían de la luna

La particularidad que tenían, eran completamente redondos: tenían cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras iguales; una a cada lado, y el resto de las partes del cuerpo humano, estaban por duplicado. Se movían como los planetas, en círculos girando alrededor de sus ocho extremidades. Pero estos seres tenían la suficiente ambición para creer que podían derrocar a los dioses, y estas bolas se tornaron ingobernables.

Ante tal problema, Zeus decidió cortarlos a la mitad bajo la firme amenaza de volverlos a cortar para que solo pudieran caminar con una pierna.

Cada parte quedó solo con su mitad original, quedando dos seres exactamente iguales. A fin de cerrar las heridas, el dios Apolo les estiró la piel cerrándola alrededor del abdomen, para que siempre recuerden su castigo.

Luego de esto, cada ser partió en la búsqueda desenfrenada de su otra mitad, querían volver a ser perfectos. Algunos se encontraron, pero morían de inanición porque permanecían abrazados para seguir siendo uno y no buscaban alimento, no se preocupaban más por sí mismos sino por la otra mitad.

Observando lo que pasaba, Zeus decidió ser condescendiente y le concedió genitales a los seres andróginos para que cuando se encuentren pudieran procrear.

Por eso hoy suponemos que cuando un hombre y una mujer se encuentran y surge el erotismo, es que ambos eran andróginos. De igual manera hombres que desean hombres y mujeres que desean mujeres, anteriormente eran hombres y mujeres respectivamente.

En síntesis, nos pasamos buscando toda la vida a quien éramos originalmente, nuestra otra mitad.

Es algo inevitable, contra lo que no se puede luchar. Ya que hemos encontrado la otra mitad que creíamos perdida por tanto tiempo.

Finalmente quizá podamos hablar de una historia romántica, pero en definitiva empieza siendo una historia de ambición, de no haber querido derrocar a los dioses, jamás hubieran sido separados.

A todo esto: ¿ya encontraron su media naranja? Yo creo que sí, pero cuando los dioses nos dejaron visibilizarnos el tiempo y el espacio nos hicieron una broma.

Liked this post? Follow this blog to get more. 

About Pat Sierra 37 Articles
Periodista en Ciencia y Tecnología. Autora, Life Coach. Amo vivir en la libertad de la palabra.

Be the first to comment

Leave a Reply