La tiranía de la felicidad

Una sociedad que tenía como mandato ser feliz, de repente invadida por una pandemia

Eternamente Felices
Imagen de Free-Photos en Pixabay

En la segunda mitad del siglo XX, comenzó una ola de la psicología positiva, pero la ola se extendió tanto que sin analizar las circunstancias, el mandato era lapidario: “serás feliz o morirás en el camino”.

No solo la orden no estaba oficialmente impartida, es por eso que la televisión te mostraba como debías vivir. En los ’60 empezaron las sitcom americanas, donde todos eran felices, a veces había un pequeño problema pero todos en familia se reunían y lo solucionaban. “El Show de Dick Van Dyke”, “I love Lucy”, Happy Day’s” y si no alcanzabas el sumo grado de felicidad, estaban las que te convencían que la magia solucionaba todo: “Hechizada” y “Mi Bella Genio” era quienes te informaban que amor, preparar una cena o solucionar un problema tenía la misma importancia y era muy fácil lograr todo moviendo la nariz o frotando una lámpara.

La vida nos devolvía una cachetada, por lo menos en Argentina mi país: golpes militares, inflación, terrorismo, todo lo que hace estancarse a un país y sumirlo en el horror, lo teníamos. Sin embargo en las publicidades todos eran felices. Eso es algo que no entiendo de mi país, la épica para todo: política, comercio. Por ejemplo para venderte un producto limpiador te ponen a una pareja bailando de modo sensual mientras limpian, y cada vez que la veo me pregunto ¿esta gente alguna vez limpió un piso? ¿Qué tiene que ver una pareja con ganas de tener sexo con el limpiador? Si quieren venderme un limpiador, simplemente digan que limpian los pisos, sacan las manchas sin esfuerzo. O la publicidad de unas tabletas para combatir mosquitos, en tiempos en que las mujeres intentamos empoderarnos, aparece un mocosito tirano incomodando a su madre diciéndole que su tarjeta no tiene fondos porque se quiso comprar un juego. Los publicistas no saben para donde ir y me parece que de ese modo van a vender nada. Actitudes pasivo-agresivas que solo confunden.

Quiero decir que estoy a favor de tener una mirada positiva de las cosas, pero si vos querés ser feliz a toda costa y no enfrentás las sombras en tu vida, solo te vas a frustrar constantemente.

La actitud modifica la manera de encarar los problemas, y la prueba de esto la pueden palpar en el libro de Viktor Frankl “El hombre en busca del sentido”, pero la sociedad no habla de actitudes y comportamientos, sino de mandatos, y no se puede ser feliz por mandato.

No es casual que en la segunda mitad del siglo XX la gente se haya divorciado a mansalva, y en lo que va del siglo XXI ya no recibimos tantas invitaciones a casamientos.

En medio de esta actitud contenida y la sonrisa atada con hilos, llegó el coronavirus para informarnos que con una orden no bastaba, y que con calma debemos enfrentarnos a un odioso virus con corona de rey, de la mano de gobiernos que no saben tomar decisiones acertadas, salvo honrosas excepciones.

Paralelamente al mandato de la felicidad, te bombardean a noticias. Una conductora empieza a las 6 de la mañana a gritarte que seas feliz, y luego te cuenta que violaron a una niña porque la madre la canjeaba por drogas con solo siete años.

Yo creo que confunden cada vez más a la sociedad. Aún no se erradicó el fantasma de la felicidad cuando vivimos en un mundo convulsionado con violencia, agresión y un asesino que nos acecha día a día, el coronavirus.

 

 

 

 

 

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About Pat Sierra 37 Articles
Periodista en Ciencia y Tecnología. Autora, Life Coach. Amo vivir en la libertad de la palabra.

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